AUTODIDACTAS

JORGE CARRION RUBIO
8 min readAug 12, 2023

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Hace poco leí la historia de un poeta de Alburquerque, que tan sólo fue un solo día a la escuela y, sin embargo, literalmente se hizo un poeta autodidacta. Sus orígenes modestos inmersos dentro de una familia campesina analfabeta lo mantuvieron al margen de la lectura y escritura. Ya joven al entrar al servicio militar se vio en la necesidad de acudir a una escuela de alfabetización para poder comunicarse con sus padres vía cartas. Y después de aquello, donde llegó a escribir poesías de amor, que él mismo inventaba y recitaba, dedicadas con el paso del tiempo a su esposa Trini, no volvió a dedicarse a estos afanes románticos hasta jubilarse en el trabajo a los 69 años. Volvió a escribir después de tanto tiempo y un amigo escritor se animó a reunir sus poemas escritos para darle la sorpresa al poco tiempo de un libro de su autoría. Luego vinieron los premios y no ha parado de escribir hasta su actualidad de 86 años. Muchas veces se pregunta qué habría sido de él si habría nacido sin tanta miseria, aunque se muestra feliz por ser reconocido como el poeta que sólo tuvo un día de clases en el pueblo, porque al día siguiente de aquel primer día escolar su padre decidió mudarlo al campo para una vida dedicada a la labranza. Su nombre es Manuel Bozas.

Esta historia del poeta autodidacta me ha llevado a darle una mirada al historial de personajes que corrieron con la misma suerte. Se hicieron autodidactas por distintas vicisitudes, pero lo más importante a través de una búsqueda individual de la información y la realización de prácticas o experimentos. Hay quienes adversan a los autodidactas porque los califican de empíricos, defienden el aprendizaje guiado y a través de niveles, como lo hacen los centros de estudios, institutos y universidades. Lo cual también les daría una cierta desventaja social o discriminación, ya que no cuentan con un aval o título oficial reconocido en el ámbito laboral o académico. Sin embargo, no es casual que descubramos a grandes pensadores y letrados dentro de nuestro recorrido por el historial de autodidactas que han dejado un legado ejemplar para nuestras actuales y futuras generaciones.

Uno de ellos, el escritor norteamericano bautizado en Boston, Massachusetts, como “Edgar Poe” que corrió con la suerte adversa de perder a sus padres a temprana edad. Siendo recogido por un matrimonio adinerado de Richmond, Virginia, que le dio el apellido “Allan”, pero sin ser adoptado oficialmente. Estudió un curso breve en la Universidad de Virginia y luego se enroló fugazmente en el ejército. Fue desheredado por los padres adoptivos y sin embargo inició su carrera literaria a los 18 años con un libro de poemas titulado “Tamerlan y otros poemas”. En el libro revela que la mayoría de las composiciones las había escrito antes de los 14 años. A no dudar un niño prodigio.

El Director de cine americano, Woody Allen declaró alguna vez: “Era un mal estudiante. No me interesaba… cuando estudiaba, no me entretenía nada, sino que me aburría mortalmente”. De manera que literalmente dejó los estudios y en consecuencia se declaró autodidacta. Nada encuentra explicación a sus guiones tan bien estructurados con un tono de ingenuidad y asombro, sin mayor formación académica. Sin embargo, Woody admite que un poco más de estudio lo habría ayudado a evitar esas lagunas que a veces se le presentan, pero pudo más el aburrimiento que el afán por el estudio. Aun así, Allen ha sido objeto de grandes reconocimientos académicos a nivel universitario como la Distinción Honoris Causa de la Universidad Pompeu Fabra. Al recibir esta primera Distinción académica, Allen contó que alguna vez llegó a matricularse en la Licenciatura de Cinematografía en la Universidad de Nueva York, donde el único trabajo que tenía que hacer era ir al cine a ver películas. Y vio tantas que volvió a aburrirse y finalmente decidió suspender la asignatura. Reveló también que estudió dos años de castellano, pero que no habla ni una sola palabra en español. Es decir, Woody Allen es un bueno para nada en el estudio, pero al mismo tiempo con su genio le arranca una sonrisa a todo lo sufrido.

La escritora chilena Isabel Allende, que siendo hija de diplomáticos nació en Lima, mientras su padre ejercía labores de secretario en la Embajada chilena en Perú, tuvo que exiliarse en Venezuela hasta 1988, tras el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 por ser sobrina del Presidente Salvador Allende; reveló alguna vez sin proponérselo, que sin duda sus más relevantes antecedentes intelectuales son autodidactas. Puntualmente dijo: las cosas que haría diferente si pudiera volver a empezar: tratar de ir a la universidad, estudiar una carrera y evitar casarme a temprana edad.

El escritor danés Hans Christian Andersen, hijo de un humilde zapatero, se vio en la necesidad de aprender diferentes oficios, sin destacarse en ninguno. A los catorce años huyó de su casa en Copehague con un poco de dinero que le permitiera hacer fortuna como actor o cantante, pero terminó extraviado, escribiendo algunas de sus vicisitudes, fantaseando que era un hijo ilegítimo de un gran señor. Terminó escribiendo novelas, poesía, teatro y su autobiografía. Siendo su más predominante acierto, sus cuentos para niños, donde quizás “El patito feo” refleja su vida humilde que la calificó de un lastre.

Mario Benedetti fue un autodidacta. No terminó la secundaria, contó con sólidos estudios primarios en un prestigioso colegio alemán. Todo se lo debe a sus encierros literarios con sus mejores compañeros: sus libros. Incluso aprendió otras lenguas adicionales al alemán que lo encaminaron a lecturas de análisis filosófico y quizás a la crítica sobre personajes famosos de la literatura latinoamericana cuando aún nadie los conocía, como: Ernesto Cardenal, Juan Rulfo y Ángel González.

El ensayista y periodista chino, Liu Binyan era un obrero de ferrocarriles. Se vio obligado a abandonar la escuela por razones de precariedad económica familiar para cubrir su bachillerato. Se hizo autodidacta, aprendió el ruso y se enroló en las juventudes marxistas, afiliándose al partido comunista que en 1949 encabezó Mao Zedong, ganando la guerra civil contra los nacionalistas. Tras el advenimiento de la República Popular China, se hizo cargo del Diario de la Juventud y luego del órgano supremo de difusión del PCCH: El Diario del Pueblo.

El Premio Cervantes 1990, Bioy Casares, de origen argentino, decidió no terminar su carrera de derecho para dedicarse a la escritura. Alguna vez reveló: “me fui al campo, un poco para mostrar a mis padres que no quería haraganear, que estaba dispuesto a trabajar. En el campo fui un muy mal administrador, posiblemente. Pero leí muchísimo y escribí bastante”.

El escritor americano Ray Bradbury, uno de los padres de la literatura fantástica reveló haberse graduado en una biblioteca, enseñándose a sí mismo rodeado de libros. Resaltó: “Me enseñó Shakespeare, me enseñó Julio Verne. Edgar Allan Poe me dijo que escribiera… Los grandes hombres fueron mi influencia y con ellos no necesité más consejos”.

El escritor chileno Roberto Bolaño a los quince años ingresa al colegio, pero decide abandonarlo al año siguiente para siempre. Pese a ser un gran lector tiene una explicación diferente de su condición autodidacta: “hablar de autodidacta es un error de concepto, yo leí mucho, hubo autores que me enseñaron lo que sé”. Reconoció como sus maestros al poeta mexicano Efraín Huerta o Enrique Lihn, a quienes nunca conoció.

Luis Zambrano, no tuvo estudios formales, solo llegó al 4to grado de primaria, sin embargo, su ingenio lo llevó a ser uno de los inventores y tecnólogos populares con más aportes a la región andina venezolana en su tiempo, un aficionado autodidacta de la mecánica, pese a ser un campesino sin ningún tipo de estudios descubrió independientemente la relación entre la circunferencia y su diámetro, el valor de PI. Don Luis desarrolló una máquina peladora de fresas, turbinas movidas por agua, que permitieron generar electricidad, desarrolló los principios básicos y la construcción de la turbina hidráulica y de la turbina a doble efecto; transformación de motores de gasolina a gas; propulsión de vehículos acuáticos; propulsión a chorro y funcionamiento de motores de explosión. En 1984 la Universidad de Los Andes le otorga el título de Doctor Honoris Causa por su útil labor creativa, reconocimiento que por vez primera se le confiere a un hombre del campo.

Paradójicamente uno de los intelectuales apodado “El amauta”, es decir, el sabio o filósofo para los peruanos, José Carlos Mariátegui, fue un ejemplar autodidacta que pese a no haber pisado la Universidad dejó un gran aporte para el análisis de la realidad peruana de los últimos tiempos. Más allá de estar o no de acuerdo con sus inclinaciones socialistas, lo cierto es que permitió la apertura para el debate alturado del devenir histórico de la realidad peruana. No cuentan aquellas organizaciones subversivas que toman su nombre para alterar el orden y la buena fe de sus principios.

María Reiche, matemática alemana, célebre por sus estudios sobre las Líneas de Nazca, fue llamada la princesa de la pampa peruana. Desde niña sintió gran afición por las matemáticas y astronomía, iniciándose en la docencia, pero sin mayor estudio que el conocimiento autodidacta. En 1932 viaja a Perú como institutriz de los hijos del cónsul de Alemania en Cuzco. Pese a que tenía un compromiso de trabajo por 2 años, fue despedida sin mayores explicaciones al concluir el primer año. Algunos dicen que se generaron celos por parte de los padres hacia los hijos. Pasados algunos años, María se instaló en Lima y trabajó como traductora para el arqueólogo Paul Kosok, quien había escrito unos trabajos sobre las líneas de Nazca, las cuales despertaron el interés de Reiche. Con el paso del tiempo la labor esforzada y continua de María Reiche contribuyó a revalorar la cultura Nazca, su prodigiosa cerámica y sus líneas, su arte y su tecnología, como consecuencia del genio del antiguo peruano y no de “extraterrestres”, como algunas tesis colonialistas pretenden presentar como autores de las líneas. Su experiencia autodidacta terminó peruanizándola: “Todo el mundo debe tener iguales derechos. Yo quiero, con mi obra, ser un instrumento para eliminar las injusticias y para que los peruanos -que son gente de cualidades culturales, morales y físicas especiales- recuperen su propia estimación. Yo les digo: yo soy chola, porque me siento a veces más unida con los cholitos, y sobre todo ahora que tengo la nacionalidad peruana”.

Lo cierto es que hay una belleza muy particular en ser autodidacta y una enorme satisfacción cuando logras darte cuenta que todas estas historias inspiradoras son verdaderas. En nuestra actualidad son muy pocos los que se precian de ser autodidactas, a pesar que en el fondo hay facilidades tecnológicas para ello, como para ser un buen fotógrafo, cocinero, editor, etc. Pero siempre hay detalles de famosos que nos advierten que aún podemos transitar por esas opciones, como el gran Steven Spielberg quien abandonó sus estudios en la California State University Long Beach para alcanzar el sueño de ser director de cine; como James Cameron que a los 15 años decidió ser director al quedar fascinado por los efectos especiales de 2001: Odisea del Espacio (1968) de Stanley Kubrick; como Quentin Tarantino, quien no oficializó sus estudios cinematográficos sino sólo como un apasionado por el cine, trabajando en una tienda de alquiler de videos al lado de otros entusiastas cinéfilos, hasta dirigir Pulp Fiction, que en nuestro idioma llamaríamos “Novelas de Quiosco” o como el popular Rocky Balboa, Sylvester Stallone, que pese a sus limitados recursos interpretativos triunfó como héroe de acción en la década de los 80, convirtiéndose en actor y director de cine estadounidense.

JCR/Unidad de Investigación/08/2023
Fundación Universidad Hispana

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Written by JORGE CARRION RUBIO

Soy tal vez aquella brisa que acaricia tu existencia, es decir, escritor, poeta, periodista, hombre de a pie. Si me buscas en google reconocerás mis pasos…

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