BOHEMIA INCA EN CARACAS

JORGE CARRION RUBIO
3 min readOct 12, 2021

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Teodoro del grupo Waynawari nos visitaba en Caracas y nuestro tocayo Jorge Chávez Bustinza (Q.E.P.D.), nos acompañaba en el aire venezolano.

Así como París alguna vez simbolizó la capital cultural del mundo, Caracas tuvo lo suyo un día no muy lejano del cual aún tengo el recuerdo. En ese París que alcancé a conocer y caminar incontables veces malvivieron, como los protagonistas de una ópera dramática, los mejores escritores, pintores, pensadores, poetas, actores, actrices y músicos del mundo, quizás por ello el gran Puccini decidió mudar su juventud bohemia milanesa para crear su obra célebre: La Bohème. En aquel tiempo todos los artistas de la época tenían que pasar obligatoriamente por la capital francesa para terminar de consagrarse. De modo que la palabra “bohemia” pasó a simbolizar el valor de la libertad, el amor, la belleza, la despreocupación de lo que era el gusto burgués, de lo correcto. Así la poesía vallejiana era bienvenida porque rompía con la rima. Para el caso caraqueño, en tiempos donde aún Vargas Llosa era amigo y correligionario de García Márquez, el premio Rómulo Gallegos lo lanzó al estrellato. El colombiano terminó compartiendo el pan de cada día en la plácida Caracas y muchos escritores contemporáneos hacían fila para consagrarse durante el boom no sólo literario sino cultural y político que representaron aquellos años.

Pero así como de La Bohème parisina ya no queda nada, es decir, de los cafés, las buhardillas, los personajes y los modos de vida de aquella época dorada, sólo queda el recuerdo; así también en tiempos actuales, nos lo explicaba un lugareño, hace falta tener una buena herencia familiar para poder ocupar una buhardilla en el centro de París, pasar horas bebiendo y debatiendo en algún café o intentando hacer alguna obra genial. Es decir, de aquel modo de vida y de aquellos personajes trágicos, supuestamente libres, sólo queda un París con simulacros o representaciones y miles de turistas contemplando aquel recuerdo a través de ellos. Ha me olvidaba, también sus célebres cementerios. Y en Caracas, ni hablar, ya no quedan ni los nombres originales, mucho menos las representaciones. Lo que alguna vez fue el Caracas Hilton, ahora es el Alba Caracas, el imponente parque nacional el Avila, ahora es el Waraira Repano y lo más reciente, la autopista Francisco Fajardo pasará a llamarse Gran Cacique Guaicaipuro, Jefe de jefes, en un supuesto viraje reivindicatorio mediante el cual se induce a creer que cambiándole el nombre a la autopista se reivindica a los pueblos indígenas, “cuando se sigue adelante con el etnocidio por su oro de sangre”, como acusa crudamente Mauligmer Baloa, diputada por Amazonas. En la zona del Arco Minero, cercana a la frontera de Brasil y territorio tradicional de los indios pemones, se vive hoy la explotación sin ley de sus inmensas riquezas, sobre todo el oro, que jerarcas chavistas y mafias locales venden en el extranjero. Pero así son las cosas, como diría el escritor y cronista Oscar Yáñez, quien se paseaba y recreaba históricamente cada una de las esquinas caraqueñas, siempre libres, cargadas de una vida bohemia inspiradora. Y que hoy se pasearía por sus literales calles “encementeriadas”, valga el término.

Aquí me detengo en La Candelaria al lado de nuestro amigo Jorge Chávez Bustinza que acaba de emprender su viaje sin retorno al más allá, y que alguna vez nos comentó le habría gustado tener como destino final su natal Puno, y recordar una de esas noches de bohemia, a propósito de recrear este concepto, que no es más que un desahogo existencial, una catársis necesaria para contrarrestar el “stress” de tanto desgobierno terrenal. Ya no habrá “tasca” que nos aguante tocayo, ni un “Manolo” que nos diga: “Ostia peruanos cantantes y poetas”. Sólo tocará la quena nuestro amigo Teodoro y su “waynawari” desde Leipzig Alemania hasta su ancestral cultura Wari… Hasta siempre “gato”!

Recordando al tocayo Jorge Chávez Bustinza (Q.E.P.D), una noche de aquéllas, a propósito de nuestro análisis sobre la célebre bohemia parisína y caraqueña.

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Written by JORGE CARRION RUBIO

Soy tal vez aquella brisa que acaricia tu existencia, es decir, escritor, poeta, periodista, hombre de a pie. Si me buscas en google reconocerás mis pasos…

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