EL CUENTO DE “X”
En medio del calor abrazador del vibrante Brasil, el sol del 30 de agosto se alzaba con una promesa de cambio. Sin embargo, en los pasillos del Supremo Tribunal Federal, el ministro Alexandre de Moraes se preparaba para tomar una decisión que resonaría en todo el país. Con un gesto firme, suspendió la plataforma X, antes conocida como Twitter, marcando un nuevo capítulo en la historia de la nación.
La noticia se esparció como un incendio en la selva amazónica, avivada por la indignación y el desconcierto. La caída de equis no solo representaba la pérdida de una red social, sino un avance en la consolidación de un autoritarismo judicial, donde la censura y el control sobre las voces digitales se convertían en la norma.
Mientras tanto, en la lejana España, la Fiscalía planeaba prohibir las redes sociales a quienes cometieran “delitos de odio” y acabar con el anonimato en estas plataformas. Esta propuesta, respaldada tanto por la izquierda como por el PP, parecía sincronizarse con los eventos en Brasil, como si un hilo invisible uniera las decisiones de ambos continentes.
En las calles de Brasil, aquellos que habían celebrado con júbilo la victoria de Lula da Silva en octubre de 2022, ahora se encontraban divididos. Algunos aplaudían la censura, mientras otros veían en ella una amenaza a la libertad de expresión. Entre ellos, un magnate alzó su voz, prometiendo que “el pueblo de Brasil conocerá sus crímenes”. Con determinación, anunció el cierre inmediato de la filial de su empresa en Brasil, calificando a De Moraes como “una desgracia para la Justicia”.
El juez, en su cruzada contra las “milicias digitales” que habían difundido noticias falsas durante el gobierno de Jair Bolsonaro, se encontraba en el ojo del huracán. Sus órdenes de bloquear ciertas cuentas no habían sido cumplidas, y la tensión crecía con cada día que pasaba.
En un giro inesperado, días antes, el autoproclamado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó la suspensión de X en su país por diez días. Acusó a Elon Musk, el propietario de la plataforma, de incitar al odio y al fascismo, en medio de lo que describió como un “ataque” contra su reelección. ¿Era esto una mera coincidencia o un reflejo de una tendencia global hacia el control y la censura?
El amanecer traería respuestas, pero por ahora, el mundo observaba con atención, esperando ver cómo se desarrollaría esta intrincada trama de poder, justicia y libertad.
“Entre la ficción y la realidad”. Escrito por JCR. Setiembre 1ero. de 2024