Historia de la comunidad china en el Perú
La presencia de la comunidad china en el Perú ha dejado una huella significativa en la historia y la cultura del país. A lo largo de los años, los descendientes de migrantes chinos han destacado en diversas áreas de la vida social peruana. Permíteme recrear históricamente algunos aspectos relevantes acontecidos en la histórica ciudad de Lima:
Lima: Entre Belleza e Insalubridad
En las calles empedradas de Lima, en los días en que los alcantarillados modernos eran solo un sueño lejano, la ciudad vivía una dualidad: su esplendor y su insalubridad. Las investigaciones del médico e investigador Carlos Bustíos nos revelan una realidad cruda y gráfica.
“Su situación sanitaria era terrible y peligrosa: acumulación de basuras; acequias abiertas en las calles principales, portadoras de todo tipo de desechos; jirones polvorosos, sin empedrar; falta de canalización del agua y desagüe; […] con silos abiertos; falta de baños públicos y particulares, etc.”
El río Rímac, vital para los limeños, servía como fuente de agua y como desagüe. Las acequias, que atravesaban las calles, eran el destino común para las deyecciones humanas, orines y basura. A veces, estas acequias se desbordaban, pero siempre desembocaban en el Rímac.
La población bebía directamente del río, ignorando los riesgos. Las enfermedades estomacales, como la tifoidea y las diarreas, acechaban. El historiador Juan B. Lastres añade:
“Los mercados de abastos, con su suciedad y promiscuidad, propagaban enfermedades. La pobre alimentación y el clima favorecían la tuberculosis. La higiene precaria de los soldados facilitaba el contagio de tifus, enfermedades eruptivas y paludismo.”
A pesar de las normas y multas impuestas para mejorar la salubridad, Lima luchaba por mantenerse a la par con las medidas de la corona. Sin embargo, en el siglo XVIII, las acequias se transformaron en alcantarillados, y la ciudad aprendió de las pestes y la insalubridad. Lima, con sus contrastes, nos enseñó que belleza e insalubridad pueden coexistir en una sola frase.
El sacrificado inicio de los chinos en el Perú:
En 1849, el Presidente Ramón Castilla promulgó una ley de inmigración permitiendo que los primeros inmigrantes chinos llegaran al Perú como parte de un plan estatal para enfrentar la escasez de mano de obra y debido a la explosión demográfica por la que atravesaba China. Trabajaron en la construcción de líneas férreas, en las islas guaneras y en haciendas costeñas. Muchos llegaron bajo coerción y cumpliendo compromisos contractuales. Cerca de 100,000 chinos arribaron a las costas peruanas, solo superados por Estados Unidos y Cuba. Antes de subirse a las embarcaciones que los traían al Perú cada chino debía firmar un contrato de trabajo por 8 años a cambio de un plato de arroz y un sueldo miserable. Gran parte de ellos no sabían leer y tenían la peregrina idea de que sólo el contrato duraría un año. Razón por la que muchos jóvenes chinos se subieron a bordo de una supuesta mejor vida en el Perú.
Aunque tuvo un declive existencial, la comunidad asiática soportó los más duros trabajos de la época, algunos apuntan que, tras la esclavizada migración africana al Perú, los chinos pasaron a realizar las mismas rudas labores. Y si en el Palacio de Versalles durante los siglos XVII y XVIII el hedor fluía por las más de 2.000 ventanas, en el Palacio del Virrey en Lima, ahora ocupado por Castilla, esa antihigiénica realidad propia de aquellos tiempos, no era ajena. Para los tiempos en los cuales arribaron los chinos ya se venía instalando el alcantarillado en la otrora ciudad virreinal, aunque lo cierto es que no había sanitarios dentro del complejo palaciego, que acogía una multitud de súbditos de poderosos y sirvientes. En muchos lugares de las instalaciones, en lugar de excusados, retretes o silos, había sirvientes que traían un recipiente cuando se los reclamaba. Sirvientes en un principio indígenas, más adelante africanos y finalmente chinos. Estos “garzones asiáticos” llevaban heces y orines en recipientes bajo sus hombros hacia el río Rímac.
Después de ocho años de contrato, el 40% fue recontratado en las haciendas de la costa peruana, mientras los que migraron a zonas urbanas como Lima y El Callao, formaron El Barrio Chino, cerca del Mercado Central, convirtiéndose en un punto de encuentro que hasta hoy experimenta un renacimiento gracias al apoyo de la comunidad china y es famoso por su gastronomía y compras al por mayor.
Los chinos en la guerra del Pacífico:
Durante la Guerra del Pacífico, los inmigrantes chinos conocidos como “culíes” se vieron involucrados en el conflicto bélico en Perú, donde habían emigrado para trabajar. Bajo condiciones de semi esclavitud, muchos de ellos se encontraron en situaciones difíciles y tuvieron que enfrentar circunstancias impuestas por su supervivencia en una sociedad marcada por la violencia y el maltrato. El general chileno Patricio Lynch reclutó a muchos de estos chinos que trabajaban en las haciendas ocupadas. Cumplían funciones de apoyo al ejército, como el traslado de heridos y la desconexión de minas explosivas. Así, los chinos también lucharon junto a los chilenos en las batallas de San Juan-Chorrillos y Miraflores. A pesar de su difícil situación, su participación en la guerra dejó una huella controvertida en la historia del conflicto.
Aportes sanitarios (Medicina china):
El Barrio Chino en Lima, a diferencia del discurso oficial, no era homogéneo. Los funcionarios de salud y médicos buscaban modernizar la ciudad y pedían la destrucción del Callejón Otaiza, considerándolo un riesgo para la higiene pública debido a los hábitos de la comunidad china. La epidemia de peste bubónica en 1903 intensificó las críticas hacia los chinos. Sin embargo, muchos “médicos” y herbolarios chinos establecieron tiendas en la Calle Capón, donde limeños de todos los estratos sociales buscaban tratamiento. A pesar de la epidemia, las boticas chinas prosperaron y compitieron con los médicos profesionales de Lima y El Callao.
Tradición culinaria:
Los trabajadores chinos inicialmente se encargaban de las labores en haciendas, donde preparaban platos cantoneses.
Las fondas que establecieron evolucionaron hacia restaurantes de alta calidad.
Palabras gastronómicas como “kión” (jengibre en chino Min Nan) se adoptaron en el español peruano.
Origen del término “Chifa”:
A partir de los años 20 del siglo XX, los restaurantes chinos se denominaron “Chifa”.
La palabra proviene del cantonés y se refiere al acto de “comer” (sek) y al verbo cocinar (chiufan).
Centro urbano y Chinatown:
La calle Capón en Lima fue el centro donde los migrantes chinos se concentraron.
Allí comerciaban, vivían, asistían a funciones de artistas chinos y, en el pasado, consumían opio, que hasta inicios del siglo XX era legal en el Perú.
El Callejón de Otaiza, en Capón, albergaba a miles de personas y fue demolido en 1909.
Presencia actual:
La comunidad china ha influido en todos los sectores nacionales.
Dos primeros ministros y cuatro congresistas peruanos tienen ascendencia china.
La familia Wong, fundadora de una exitosa cadena de supermercados, también ha dejado su huella.
La historia de los migrantes chinos en el Perú es un testimonio de su resiliencia, contribuciones y adaptación a la sociedad peruana.
Contribuciones notables:
Alejandro Gonzales Trujillo (Apu Rimak, 1900–1985): Pintor indigenista.
Edwin Vázquez Cam (1922–1993): Primer campeón olímpico peruano.
Víctor Li Carrillo (1929–1988): Filósofo.
Sui Kam Wen (1951, Zhongzhan): Destacado escritor.
ACTUALIDAD BILATERAL ENTRE PERÚ Y CHINA:
Negociaciones del TLC: Perú y China han concluido las negociaciones finales para mejorar su Tratado de Libre Comercio. Tras el encuentro entre la presidenta Dina Boluarte y el presidente zí Yin píng en Beiying, firmaron un memorándum de entendimiento sobre la optimización del TLC. Ambas naciones buscan cooperar en áreas clave como minería, energía y agricultura.
Acuerdos de cooperación: Además, se firmaron acuerdos de cooperación económica y tecnológica. China destacó los resultados positivos de los intercambios comerciales en los últimos años y espera consolidar esta asociación estratégica integral.
El reciente fallecimiento del congresista Enrique Wong Pujada: a los 83 años enluta a la comunidad chino-peruana, tras haber luchado contra el cáncer de páncreas durante los últimos meses. Su trayectoria política es de larga data: fue congresista en los periodos 2011–2016 y 2021–2026, además de haber sido diputado y regidor en diferentes momentos.
Lazos culturales y comerciales: El Perú cuenta con la mayor comunidad de descendientes chinos en Latinoamérica. Fuertes lazos culturales nos unen, mientras crece el intercambio comercial en sectores como energía, minería y comunicaciones.
Trabajo de Investigación de la Fundación Universidad Hispana & la Asociación Filosófica Espiritual Sahee Tareeka (AFEST), SUNARP. Partida Nro. 13707170.
Fuentes Bibliograficas:
Chang-Rodríguez, (2007). Entre dos fuegos. Reminiscencias de las Américas y Asia.
Balbi, M. (2006). Los restaurantes chinos en el Perú. Lima: Fondo Editorial de la Universidad de Lima.
Municipalidad de Lima. (2009). Historia de la calle Capón. Recuperado de enlace.
Bustíos, C. (siglos XVIII y XIX). Historia Ambiental del Perú.
Lastres, J. B. (siglo XVIII). Ministerio del Ambiente.
JCR-Lima, 19 de Julio de 2024
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