JORGE CARRION RUBIO
4 min readSep 12, 2021

IN MEMORIAN DE FELIPE CARBONELL

Felipe Carbonell Pérez (Q.E.P.D.), Iván Torres La Torre y Jorge Carrión Rubio en acto protocolar realizado en el Colegio de Ingenieros del Perú.

La primera vez que fuiste mi invitado Felipe, tuve aquella sensación que tú decías sentir respecto al genial “cholo de acero inoxidable” Tulio Loza, para ti, el “Cantinflas” peruano. Bueno, me pasó lo mismo contigo, te veía como una especie de David Letterman para los gringos, o “Chiquito de la Calzada” para tus paisanos españoles. Ya habías batido el Record Guinness del Humor y era difícil mantener la compostura al tocar uno u otro tema en vivo para el público oyente. Ni hablar, fuera del aire. Anduviste por tierras llaneras compartiendo tus excentricidades humorísticas con Cayito Aponte, “Er Conde del Guácharo”, entre otros grandes venezolanos. Y a tu paso por “Don Francisco” en los United States, le ganaste la partida al Conde como animador debido a tu acento originario castellano. Siempre recordábamos que cuando alguna vez anduvo por Caracas “el Chato” Barraza, le dieron unas líneas en un programa de humor al estilo “cuéntame ese chiste” que lideraba Cayito Aponte. Cayito bautizó a Barraza como Miguelito “Barisa”, porque al tan sólo verlo ya la gente se reía con sus gesticulaciones al estilo Bruce Lee o sus chistes dedicados “al otro equipo”. Pero entre bambalinas, detrás de la escena, nos enteramos que al chato había que estar educándolo pues las jergas peruanas había que traducirlas a las jergas venezolanas. Así, el pata, se convertía en “el pana” para los venezolanos, como tú me solías llamar Felipe. Y al chato había que estar poniéndolo al día, antes de salir a escena, porque estar “misio” es estar “limpio” en caraqueño y ser “pendejo” no equivale a ser el más vivo del barrio sino todo lo contrario en el argot venezolano. Es decir, todo un juego de palabras que para tu caso lo manejabas con bastante soltura y hasta te mimetizabas con el pueblo, pues como solías decir: “Ubi bene, ibi est”, “de allá donde estés bien, de allá eres”, y hasta te gustaban las arepas que preparábamos en cada evento que hacíamos.

Un artista amargado, angustiado, pesimista, pasará por el mundo sin entender ni interpretar la alegría del universo. Y te digo que he conocido muchos así, pero tu caso era excepcional: el destello radiante de tu optimismo y estado de relajación constante, pese a los años que iban juntándose sobre tus trajinados hombros, siempre arrojaban una sonrisa al aire. Hasta en tus últimos días, tus operaciones a la cadera no fueron impedimento para que acudieras a nuestras citas académicas en el Colegio de Ingenieros de Miraflores o Alianza Francesa aquí en Lima y como buen “Migrante Honorario”, iluminaras la sala con tu alegría, con tus anecdóticas reflexiones y chistes “Record Guinness”. Indudablemente, a menudo la realidad supera a la ficción. Y ya los tuyos eran pasos de leyenda en este mundo tan anhelante de ese genio de buen humor. Y la realidad era que ya casi no podías movilizarte hacia las reuniones que recurrentemente programábamos a nivel de nuestra Fundación. Pero aún así, contamos contigo en nuestras dos últimas veladas académicas desarrolladas en el Colegio de Ingenieros.

Y como Felipe siempre tenía la última palabra, la más adecuada para amenizar el entierro más sanguinario, triste, doloroso o todo lo contrario. Voy a intentar reproducir uno de sus últimos premonitorios chascarrillos, a propósito de las dudas que se comentan durante las últimas horas sobre si efectivamente ha muerto el tristemente célebre líder terrorista Abimael Guzmán.

¿ SERÁ ABIMAEL GUZMÁN…?

Como sabemos Abimael muere en la cárcel, y su cuerpo, de acuerdo a informaciones obvias por el paso de los años, está casi irreconocible.

Para reconocerlo en la morgue, convocan a sus dos mejores camaradas:

Guido Bellido e Iber Maraví (Actualizando el chiste).

El enfermero les muestra el cuerpo, y al rato de mirarlo, los camaradas dicen:

- Mira, pues, por la cara podría ser el presidente Gonzalo, pero por el resto… hummmm…

El enfermero pregunta:

-¿Qué me quieren decir con “el resto” ?

Bellido y Maraví, luego de dudar un instante, dicen casi al unísono:

- Que Abimael Guzmán tenía dos enormes testículos …

- ¿¿Y cómo saben eso ?? ¿ Se los vieron alguna vez ?

Y Bellido, rápidamente contesta:

- Bueno, nosotros no se los vimos, pero la gente lo sabía. Aparentemente
era de conocimiento público.

Vuelve a preguntar el enfermero: — ¿Y cómo saben que la gente lo sabía?.

- Bueno, es que cada vez que lo íbamos a visitar al penal, la gente decía:

- ¡¡ Ahí está Abimael Guzmán…

CON ESE PAR DE HUEVONES !!

Hasta siempre Felipe!!!! Sonríe y triunfarás!!!!! Triunfaste Felipe triunfaste!!!!!

JORGE CARRION RUBIO
JORGE CARRION RUBIO

Written by JORGE CARRION RUBIO

Soy tal vez aquella brisa que acaricia tu existencia, es decir, escritor, poeta, periodista, hombre de a pie. Si me buscas en google reconocerás mis pasos…

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